La CRÓNICA
La marca Schweppes se propone renovar el mundo de la mixología con su bebida Ginger Ale, un clásico que vuelve a estar de moda. Con su frescura cítrica, riqueza en matices y color dorado, es una alternativa de rico sabor para tomar solo o combinar con otras bebidas destiladas como el whisky.
El bartender Borja Cortina
Con objeto de celebrar y promocionar esta propuesta, Schweppes ha celebrado en Sevilla un evento, que tuvo lugar en la terraza Soho de La Lonja del Barranco. La fiesta contó con la presencia de Borja Cortina, propietario y bartender de la coctelería Varsovia Bar en Gijón, quien preparó dos cócteles con Ginger Ale.
El primero de ellos se elabora con un sencillo ritual que consiste en introducir 4 o 5 hielos gruesos en una copa alta, de boca ancha y gran capacidad y removerlos con la cuchara imperial en sentido de las agujas del reloj durante 10 segundos para enfriar el cristal. Tras eliminar el agua sobrante, se vierten unos 5 centilitros de whisky, se aromatiza el borde de la copa con un twist de lima y se introduce cuidadosamente en el interior de la copa para que desprenda sus aromas. Después, se sirve el Ginger Ale bien frío y lentamente, ayudándonos para ello con la cuchara imperial para preservar la burbuja. Para finalizar, se remueve la mezcla con un solo toque de arriba abajo con la cuchara y hay que esperar 30 segundos para que se fundan todos los ingredientes.
Una segunda creación es el cóctel Lolailan, que lleva Bulleit Rye, un whisky seco y picante; licor de naranja; fino Tío Pepe; cordial de lima roses; un dash de angostura y Schweppes Ginger Ale.
Para quien aún no lo conozca, la firma Schweppes describe su Ginger Ale como “un mixer luminoso y complejo que combina elegantes aromas a jengibre con sutiles notas ahumadas que recuerdan a la turba con que se elabora el whisky de Malta potenciando, sin enmascarar, las cualidades del destilado escocés”.