Lorena RODRÍGUEZ
Víctor Ríos, director general de Emergencias y Protección Civil de Ceuta, explica en qué consiste su trabajo, y cómo ha afectado la pandemia a la seguridad de esta ciudad autónoma.
¿A qué se dedica exactamente un coordinador de Emergencias?
Empecé hace año y medio como director general de Emergencias y Protección Civil. Nos dedicamos, sobre todo, a coordinar los servicios de emergencias, en este caso de la ciudad autónoma. También coordinamos todos los planes de prevención. Desde protección civil siempre tenemos dispuestos planes para inundaciones, incendios forestales, y este año vamos a sacar uno nuevo de terremotos y sismos, y varios planes para prevenir que no ocurra nada, y si ocurre estar preparados. Todos los años hacemos simulacros y reuniones de equipo para gestionar esta coordinación.
¿Qué tipos de profesionales intervienen en una emergencia sanitaria?
Dependiendo de las características de la emergencia. En un incendio forestal estarían los bomberos, el parque móvil, que es el equipo que suministra las necesidades mecánicas. También están los equipos de protección civil, los cuerpos de seguridad del estado, los guardias forestales, los sanitarios, Cruz Roja, y la asociación de voluntarios de Protección Civil, que nos ayudan en caso de que tengamos que habilitar un pabellón de refugio. En caso de inundaciones, también actuaría comandancia general, ACENSA (empresa del agua en Ceuta), Obimasa… Son muchos equipos los que trabajan con nosotros. Dependiendo de la emergencia, actúan unos más que otros.
¿Cómo funciona la coordinación entre ellos?
Buena pregunta. Lo importante es que todas las llamadas se filtren por medio del 112, y desde ahí se van activando todos los servicios que sean necesarios, según el protocolo de activación. Una vez que ya están activados, en el plan de emergencia, hay una figura que se llama el CECOP, desde donde los equipos de trabajo gestionan la emergencia desde un punto determinado. Se monta un centro de operaciones, y desde allí se coordina toda la actuación. Además, hay un PMA, que es un puesto de mando avanzado y serían los equipos operativos, es decir, los que están a pie de calle. Muchas veces en una emergencia entran miles de llamadas, entonces tenemos que filtrarlas y gestionarlas, y para eso está el 112. En el CECOP y el PMA también figura un representante del servicio 112.
«Además de la pandemia, también tenemos que estar
muy pendientes de otras emergencias como
terremotos, maremotos e incendios forestales»
¿Qué preparación se requiere para ser coordinador de emergencias?
A mí me pidieron sobre todo que tuviera cursos, master, expertos universitarios sobre el tema. Llevo veinte años en este sector. Estudié enfermería y luego me formé como coordinador de atención primaria. A partir del 2000 empecé a prepararme, sobre todo, en la emergencia, porque empecé a trabajar en el 061 y me gustaba mucho ese mundo. No hay un titulación exacta; de hecho, en el área sanitaria no hay una rama de emergencia, que sí se está pidiendo ahora el tener una categoría profesional reglada. Pero sí puedes tener información y formación especializada en protección civil y en temas importantísimos a la hora de gestionar una emergencia, como la elaboración de los planes.
¿Cómo ha cambiado el protocolo de actuación debido a la pandemia por Covid-19?
Han ido evolucionando porque esta pandemia nos ha revolucionado todos los planes, y no hemos tenido ningún plan concreto para abordar el problema. Ahora mismo a nivel nacional, desde Protección Civil de Madrid, se quiere elaborar un plan de emergencia único para toda España. ¿Qué problema hay aquí en España? Cada comunidad autónoma tiene su plan. Es verdad que había unos procedimientos y unos objetivos únicos, pero cada comunidad ha gestionado la pandemia desde su punto de vista. El plan territorial de emergencia de Ceuta se elaboró hace doce años, y ha evolucionado en el sentido de que si las emergencias están mejor coordinadas los grupos operativos saben qué hacer en cada momento. En este caso, como es una emergencia sanitaria, ha sido más complicado, porque surgían problemas nuevos, ya que nunca antes habíamos estado coordinados.
¿Cómo ha afectado la pandemia a la actuación por otras emergencias ajenas al Covid?
Hemos seguido trabajando con respecto a los planes, estamos actualizando y ampliando los que son a nivel territorial, y estamos elaborando un plan sísmico y de maremotos. Sabemos que Ceuta es una zona bastante sísmica, y debemos estar preparados. Hemos estado trabajando con los encargados de incendios forestales y se han hecho simulacros. Y es un trabajo paralelo al de la pandemia, y lo hacemos con las medidas de protección añadidas, las mascarillas y los guantes.
¿Puede citar alguna emergencia importante que también se haya desarrollado estos meses?
El 2020 ha sido un año tranquilo. En Ceuta no hemos tenido nada importante, han sido incidentes puntuales, accidentes de tráfico, caídas provocadas por las lluvias, viento, árboles caídos…
¿Cómo han afectado las peculiaridades de Ceuta al desarrollo de la pandemia en la ciudad?
Nos ha venido bastante bien el tema del aislamiento, el perímetro que tenemos entre la frontera con Marruecos y el mar. Tuvimos el primer caso de contagio pasado unos días del confinamiento, y fue exportado de la península. Nos favoreció que se cerrasen la frontera y el puerto. Aunque fue problemático en relación a la inmigración, pues tuvimos que atender a muchísimos inmigrantes que se quedaron en Ceuta y no pudieron regresar a su país hasta octubre. En ese sentido, sí nos afecta el estar aislados, había que cubrir muchas necesidades, había gente en la calle y hubo que habilitar cuatro pabellones para acoger a estas personas. Ahora estos pabellones se están utilizando para las personas que saltan la valla de Marruecos o vienen a nado, que tienen que estar confinados unos 10 días.
¿Cuál ha sido el peor momento al que os habéis tenido que enfrentar durante la pandemia?
Para mí, un momento duro fueron las primeras muertes, algunas de amigos, que vivían en el mismo bloque, y confinar ese edificio, coartando la libertad a esas personas. De otro modo, sí podías salir a comprar productos básicos, pero en el caso de ese edificio hubo un decreto para confinarlo totalmente, porque había habido varios casos de positivos. Fuimos a las doce y media de la noche, bomberos, Policía Nacional, Protección Civil y Cruz Roja, y la verdad es que no se escuchaba un alma. Las personas sabían que iban a estar confinadas durante catorce días, sin salir para nada, con una orden policial, todo el mundo estaba asomado a la ventana, pero sin decir nada, nadie se quejó. Fueron momentos difíciles, durante los primeros días de confinamiento, la gente estaba estresada y tenía miedo, pero se respetó ese confinamiento. Y ese respeto y ese silencio, dolían bastante.