Diego JIMÉNEZ
Las especies invasoras son, según WWF (Fundación por la vida del planeta), especies foráneas introducidas de forma artificial, accidental o intencionadamente y que, después de cierto tiempo, consiguen adaptarse al medio y colonizarlo.
Esta entrada en el equilibrio del bioma hace que las especies nativas, que no pueden competir con las nuevas, son desplazadas o, en el peor de los casos, mueren y se extinguen. La provincia de Sevilla no ha sido inmune a este fenómeno global. Este reportaje expone cuatro ejemplos llamativos y preocupantes por su incidencia en la economía local, en el entorno natural y en la vida cotidiana de los ciudadanos.
La Cotorra de Kramer
La Cotorra de Kramer o Psittacula krameri es un ave invasora que existe en parques de todo el mundo. Llegó a Sevilla importada desde América del Sur como animal de compañía por su pelaje verde y vivos colores, como el rojo y el amarillo. Según SEO Birdlife, son animales inteligentes que forman nidos comunales con ramas y puede adaptarse con facilidad a varias dietas según la zona por su pico y patas fuertes y versátiles.

Imagen de la Cotorra de Kramer. Foto: Dr. Raju Kasambe
Esta especie es conocida por deteriorar los árboles donde anidan, por su alto nivel de ruido, por los daños a cultivos cercanos y por su agresividad con el resto de especies autóctonas como ocurre con el murciélago Nyctalus lasiopterus, específico del Parque de María Luisa y controlador de insectos, y con otros pájaros cuyos huevos usan como alimento. El delegado de Bienestar Social y Empleo del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Manuel Flores, habla en el diario ABC de Sevilla sobre esta cotorra: “Se consideran especies de incidencia sanitaria, cuya población, por tanto, debe ponerse bajo control en cuanto a la cifra de individuos”.
Para el control de esta especie exótica se creó un plan multifásico, que consiste en la esterilización de huevos en nidos junto con el uso de jaulas trampa y redes para el posterior sacrificio. Así mismo, se buscará la potenciación de especies autóctonas como el murciélago Nocturno Mayor y el gorrión común.
Cangrejo Rojo Americano
En las marismas del río Guadalquivir habita el Procambarus clarkii o Cangrejo Rojo Americano. Esta especie entró en la zona en los años 70 procedente de Luisiana y, debido a los buenos resultados de las ventas, resultó un alivio económico para los ciudadanos de la zona. Actualmente, tres de cada cuatro familias de Isla Mayor viven de este marisco. Más se benefician las cinco factorías que controlan el sector, que recogen entre 3.000 y 4.000 toneladas y facturan 20 millones de euros al año, según Pebagua, la asociación de productores locales. De la extracción, un 85% de las capturas se exportan a Europa y Estados Unidos. El animal en sí se alimenta de sedimentos del suelo marino y con su expansión pueden llegar a reducirlos o a dañar cultivos cercanos.
Este cangrejo comenzó a ser un problema cuando se llevó para su cría y caza al Delta del Ebro y a otras zonas de agua dulce. Sus efectos son diversos y están muy debatidos, como explica Miguel Clavero, investigador de la Estación Biológica de Doñana. En un estudio de 2015 del CSIC, Clavero indicó que la irrupción de esta especie ha causado un cambio completo: «El que lo califiquemos de positivo o negativo depende de qué especies midamos. Ha beneficiado a las que comen cangrejo y ha perjudicado a las que dependen del suelo marino. Ninguna ha desparecido del todo, pero hay zonas en las que ya no quedan algunos animales».
Sobre si se debiera eliminar o no existe un debate, pues los ecologistas estuvieron a punto de conseguir una resolución del Tribunal Supremo. Esta resolución aludía a la desprotección de las especies autóctonas, pero esta fue eludida con un plan de control poblacional de la Junta de Andalucía siendo actualmente legal su caza.

Oruga Procesionaria en Asfalto. Foto: Tucsia
La Oruga Procesionaria
La Thaumetopoea pityocampa o Ouga Procesionaria ya está presente en Andalucía. Esta especie, conocida también como procesionaria del pino, es una plaga que defolia los bosques de pinos de España y Europa. Se caracteriza por avanzar en hileras y por tener unos pelos y espículas que generan reacciones alérgicas ante el contacto con la piel. Un ejemplo de sus efectos pudo verse en un brote epidémico que tuvo lugaren 2006 en el Centro de Salud de Lucena del Cid, en Castellón.
Los autores Artola, Arnedo, Romeu y Bellido explican en un artículo científico los síntomas ligados a este caso: “Estos cuadros se caracterizaron por numerosas lesiones papulo-eritematosas (habones y ronchas) muy pruriginosas, localizadas en dorso y hombros en todos los casos, además de brazos, abdomen y piernas. Destacó un caso con una gran extensión de las lesiones por dorso, hombros y brazos, que se acompañaba de dolor agudo a la presión».
Esta oruga es originaria de la zona del norte de la península y para frenar su expansión se pueden usar químicos nocivos que eliminan la larva antes de que crezca. Agrologica propone recurrir a sus depredadores naturales: carboneros y herrerillos, dos tipos de aves que son «capaces de alimentarse de gran cantidad de larvas». Para ello, es conveniente la colocación de cajas nido que propicien la reproducción y presencia de estos pájaros. La retirada manual de bolsones de larvas (refugio de seda donde las orugas viven agrupadas) ayuda a retrasar su expansión. Las acumulaciones de larvas deben ser eliminadas en el ciclo de incubación o se han de usar trampas durante la época de apareamiento de las especies para su control.

El Aedes albopictus justo antes de alimentarse. Foto: James Gathany, CDC
El mosquito Tigre
El mosquito tigre 0 Aedes Albopictus es un insecto procedente del sureste asiático. Recibe su nombre de las características rayas blancas en su abdomen y en las patas. La hembra necesita de las proteínas de la sangre para poder poner huevos y sigue rastros como el de dióxido de carbono que expulsan los humanos al respirar y también presente en el sudor y el calor corporal.
Pese a su tamaño, estos animales son ciertamente resistentes, pues sus huevos pueden aguantar hasta ocho meses en letargo sin secarse, según explica el CDC, el Centro Nacional para Enfermedades Infecciosas Emergentes y Zoonóticas. Un estudio publicado en El Mundo afirma que los repelentes basados en ultrasonidos no son eficaces contra estos insectos. La única forma eficaz de frenar su reproducción, según ABC de Sevilla, es eliminar zonas de agua estancada como macetas, canalones y cubos. Otra solución es el uso de trampas para mosquitos en zonas que ya están infectadas.
Este mosquito se ha importado debido al comercio y a los viajes internacionales, pues a bordo de aviones y coches se ha trasladado a grandes distancias y se ha extendido fuera de su hábitat de origen. Según un artículo de Diario de Sevilla, este insecto ya habita en la ciudad y aunque puede ser portador de enfermedades como el virus Zika, primero ha de picar a una persona infectada, por lo que la probabilidad de contagio es baja.