Pilar Lamadrid: “La meta grande son los Juegos Olímpicos”

  • La windsurfista sevillana logra su tercera corona nacional y se acerca a París 2024

lamadrid-windsurfJavier BARRERA UTRERA

“Cada regata es especial y una no se acostumbra a la victoria”, confiesa Pilar Lamadrid tras conquistar su noveno Campeonato de España de Windsurf.

Se trata del tercero que gana en la nueva modalidad olímpica de la clase iQFoil. Desde pequeña aprendió a sacrificarse por sus sueños al mudarse de Sevilla al Puerto de Santa María para poder desarrollarse profesionalmente en lo que más le gustaba, el windsurf. Sus destacados resultados deportivos la han llevado a entrar en el top-mundial de mejores regatistas de su modalidad. Ahora, la sevillana se prepara junto al Equipo Preolímpico para representar a España en París 2024.

¿Cómo fueron tus inicios en la vela y por qué te decidiste por el windsurf?
La pasión por la vela me viene tanto de mi padre como de mi abuelo. Somos una familia de navegantes. Siempre digo que la vela fue una asignatura voluntariamente obligatoria en casa. Desde pequeña, tanto yo como mis dos hermanos lo tuvimos que probar. Vivíamos en Sevilla y nos trasladábamos al Puerto de Santa María todos los fines de semana, en un microbús lleno de niños para ir a navegar. Era como una aventura y me divertía mucho, pero había días que me hacía la dormida para no ir. Primero empezamos en la clase Optimist, pero recuerdo que no me gustaba nada aquel barco. Mi padre, que veía que iba a dejarlo, me dio la opción de probar con el windsurf con una de las primeras velas que había llegado a nuestra escuela. Estuve navegando en verano y ya desde ahí, con 12 años, cambié de categoría hasta el día de hoy.

Siendo tu padre, además, tu entrenador, ¿cómo ha sido recorrer junto a él tu carrera como deportista profesional desde el ámbito personal y profesional?
No ha sido fácil, la verdad. Desde el principio, mi padre ha sido el que, tanto a mí como a mi hermano, nos ha ido enseñando y guiando. Ahora, que estoy en el Equipo Preolímpico Español, estamos un poco más separados. Él está siempre muy atento a todo lo que hacemos, siempre intentando ayudar al máximo en cada competición. Tuvimos nuestra época de ser una piña y un equipo muy unido. Aunque también vivimos una etapa cuando era más pequeña, con  14, 15, 16 años, que son las peores edades, en la que todo eran discusiones y era muy difícil discernir entre cuándo era mi padre y cuándo mi entrenador. Fue un período complicado, por ejemplo, con la transición de una clase olímpica a otra cuando aún no existía ni equipo en la Federación Española. Ahí, decidimos juntarnos, mi padre, mi hermano y yo, y gracias al trabajo conjunto conseguimos seguir adelante. Para ello, la ayuda de María Martínez, actualmente nuestra psicóloga deportiva, fue clave para ayudarnos a formar ese grupo de trabajo, que con nuestros más y nuestros menos, nos permitió seguir avanzando, coger el nivel y poder llegar.

¿Cómo es un día de trabajo de una campeona de windsurf?
Es duro. La verdad es que nunca me habría imaginado que podría ser de verdad un trabajo a tiempo completo. Literalmente, estamos todo el día liados. No es solo tener el entrenamiento de dos horas de agua y otras dos de gimnasio, sino que también es trabajar con el material y tenerlo todo lo más estudiado y cuidado posible. Luego, después de cada sesión de agua, hacemos la sesión de vídeo donde analizamos todo lo que hemos hecho en el agua. Además, vemos vídeos para darle mucha caña a la táctica y a la técnica. Después, tenemos charlas, a las que asistimos una vez a la semana para seguir haciendo ese trabajo psicológico tan necesario. Al final, si te pones, mínimo las ocho horas de jornada laboral las hacemos seguro. Y bueno, lo que sí solemos tener es, al menos, un día de descanso a la semana.

¿Y un día de ocio?
Ahora mismo los días de ocio se basan en comer y dormir, no mucho más [risas]. Pero sí que me gusta mucho leer y surfear cuando hay olas y tengo energía. Si tengo amigos cerca, que no es lo típico porque ya cada uno está en una punta de España, también me gusta hacer un poco de vida social. Es difícil, al final me doy cuenta de que estamos reventados continuamente y una va dejando de hacer todas esas cosas que le gustan, pero se intentan.

¿Cómo ha sido compaginar los estudios de Fisioterapia con el desarrollo de tu actividad deportiva?
Es algo que aprendí no solo con la carrera, sino también con bachillerato y con la ESO. Siempre me ha gustado organizarme y decir, venga, en una hora me tiene que dar tiempo a estudiarme todo esto o hacer todas estas cosas para luego poder irme a entrenar. Mi propia organización me ha ayudado mucho para sacar la carrera, ya que no tienes tampoco a los profesores encima y estudias más por tu cuenta. La verdad es que me pasé un poco porque terminé la carrera a los cuatro años e igual forcé bastante la máquina. De hecho, en el último año tuve un bajón de salud por bajada de defensas y por estrés. Pero estoy contenta de haber podido acabar la carrera y de tener mi título, guardada en un cajón, para poder centrarme al máximo en mi carrera deportiva.

«Es un trabajo a tiempo completo, entreno cuatro
horas diarias en el mar y en el gimnasio, trabajo
con el material y veo vídeos para mejorar mi técnica»

 

¿Cómo gestiona la alimentación una deportista profesional?
La alimentación es un tema fundamental para un deportista. Al principio, tuve problemas con el sobrepeso y necesité la ayuda de una nutricionista. Existen muchos mitos sobre la alimentación. Hoy en día, con la información que tenemos de internet, más o menos, se desmienten muchas cosas, pero no se trata de comer mucho menos para perder peso, sino de saber las cantidades que tienes que ingerir de cada alimento para que el cuerpo funcione. Ahora estamos tratando de ganar toda la masa muscular posible, ya que en la modalidad iQFoil cuanto más peso encima de la tabla, mejor. A todo esto, hay que sumarle que desde hace tres años soy vegana. Eso complica la alimentación en el día a día, pero con la ayuda de mi nutricionista se lleva todo mejor.

El iQFoil es una clase de embarcación a vela, de la modalidad de windsurf, que sustituirá a RS:X como clase olímpica en 2024. Está teniendo muy buena acogida entre el público, ¿qué crees que lo hace tan atractivo?
Yo creo que la velocidad, el poder con muy poco viento ir a 20 nudos de velocidad, que es como ir a 40 kilómetros por hora. Es impensable que con tan poco viento podamos ir tan rápido. Eso es una de las espectacularidades de nuestro deporte, sumado a que actualmente somos muchísimos regatistas los que estamos compitiendo.

El windsurf es un deporte que se practica en alta mar y eso conlleva riesgos, ¿alguna vez has sentido miedo?
Sí, siempre hay un poco de miedo, que se va quitando y transformando a lo largo de la vida deportiva. En los comienzos, cuando hay condiciones adversas, muchas veces he terminado llorando de ver que no era capaz de seguir. Notaba que me frenaba. Empiezas saliendo solo 15 minutos cuando hay condiciones muy duras y lo vas aumentando en el tiempo, y ese miedo al final se va yendo. 

¿Has sufrido alguna lesión grave?
Toco madera, no he tenido lesiones muy duras. Sí recuerdo tener una lesión de rodilla cuando empecé a tomarme en serio el gimnasio y a entrenar bien. Un dolor inespecífico que nunca se supo realmente bien lo que era. De repente, de un día para otro, no podía subir las escaleras y me dolía mucho al andar. Estuve un mes y medio dolorida hasta que empecé con Fidias, un centro de rehabilitación en el Puerto de Santa María. Ahí aprendí a moverme, a conocer mi cuerpo y saber cómo entrenar para sacar mi mayor potencial. Aquello fue un punto de inflexión en mi carrera que me hizo darme cuenta de la importancia del gimnasio y la preparación física.

Los windsurfistas pasáis muchas horas al sol, ¿requiere ello un cuidado especial de la piel?
Cuando somos más pequeños, podemos llevar el bote de crema en la mochila, pero nos la echamos más bien poco. Pero cuando creces te acabas dando cuenta de que es lo siguiente a necesario, tanto echarte crema nada más salir por la puerta de casa, como luego cuando vas al agua, incluso tener alguna barra en la tabla, si es posible, para seguir poniéndote crema. Además de protección solar, me pongo, incluso ya antes de irme a dormir, sérum y cremas hidratantes. Creo que es algo fundamental y no somos muchas veces conscientes porque es muy guay tomar el sol y ponerse moreno, pero el cuidado de la piel es esencial para practicar este deporte.

¿Hay una estética asociada al deportista que practica windsurf u otros deportes similares?
Sí, pero ahora mismo diría que están en otra etapa. Antes, en la modalidad RS:X había que estar en un peso y eso hacía que todo el mundo estuviera super en forma. Ya en iQFoil, que hay que aumentar de peso, los windsurfistas han optado muchas veces por coger grasa y ya está. Por eso, ahora se habla de que los windsurfistas no tienen la estética que se supone que deberían de tener, aunque yo creo que es absolutamente normal. Cada deporte requiere de una serie de cualidades para rendir. En cuanto a estética, pienso que se mantiene con nosotros sobre todo el estar moreno, el pelo quemado del sol y, probablemente también, el buen rollo que solemos transmitir los windsurfistas.

Hay quien lo considera un deporte ‘pijo’, ¿qué opinas al respecto?
Es cierto que la vela es un deporte pijo. Su origen es de personas de clase alta. Aunque los windsurfista, en concreto, siempre hemos sido considerados como los jipis de la Vela, los que están todo el día sin camiseta y viviendo la vida. Por eso, creo que el windsurf no tiene esa consideración y más, hoy en día, que está muy de moda, pero el resto de deportes de vela, en general, diría que sí.

¿Te sientes respaldada por la Federación Española?
He tenido mi momento, ahora creo que se está haciendo un poco más por todos los que vienen de abajo, por toda la flota juvenil. La época que me tocó a mí fue más dura. Siempre diré que estoy súper agradecida a Blanca Manchón porque ella fue mi referente para perseguir mi sueño. Estuve un par de temporadas entrenando con ella y eso me dio la vida a nivel deportivo. En la Federación apostaron por los cuatro o cinco mejores de cada clase. Si he llegado hasta donde he llegado ha sido por mí, por la gente que tengo cerca, por mi familia y por la gente que me ha ayudado. El apoyo que recibes de la Federación está condicionado a los resultados que obtienes y es un poco contradictorio, ya que te exigen resultados sin muchas veces disponer de los medios para conseguirlo. Por eso, creo que antes era un poco más complicado y ya a nivel federativo eso está cambiando. 

¿Son los Juegos Olímpicos de 2024 el gran objetivo profesional?
Desde pequeña siempre pensé lo mismo y más teniendo cerca a Blanca Manchón y Marina Alabau, dos campeonas del mundo y olímpicas. La meta grande son los Juegos Olímpicos, que es donde este deporte minoritario logra mayor visibilidad. Pero también te das cuenta estando en el top mundial y compitiendo con las mejores que no es tanto el participar en unas Olimpiadas, que están muy bien, sino el dar lo mejor de ti cada día para ser la mejor regatista de tu clase. A día de hoy, poder competir en absolutamente todos los campeonatos nacionales e internacionales es lo que más me motiva, mucho más que la publicidad o la fama que te puedan dar unas Olimpiadas.

 

Enlace para bookmark : Enlace permanente.

No se admiten más comentarios