Juan GARCÍA
Gripes incontrolables, virus contagiosos o bacterias de origen animal forman parte de las mayores crisis con las que ha tenido que lidiar el ser humano
En plena crisis por el coronavirus, se echa la vista atrás para recordar otras grandes pandemias que han asolado al mundo, sus causas, efectos y consecuencias. Y sobre todo, cómo salieron de una situación como la que se está viviendo hoy día. Desde la peste negra hasta el actual Covid-19, la humanidad ha tenido que afrontar grandes enfermedades que, incluso, han diezmado la población.
Comenzamos con aquella que es noticia mundial desde el pasado mes de enero. El coronavirus se ha cobrado la vida de más de 300.000 personas en todo el mundo, con una cifra total que supera los cuatro millones de contagiados. Aún no se sabe a ciencia cierta la causa de esta gran enfermedad. Muchos científicos apuntan a una posible trasmisión de origen animal. Este virus surgió en Wuhan, China, pero debido a la globalidad que impera hoy día, se ha trasladado a todos los continentes. Su transmisión se produce, normalmente, a través de las gotas de saliva que se expulsan al hablar o toser, por lo que es realmente contagiosa. Produce fiebre, tos seca y cansancio. Queda aún por conocer las consecuencias que tendrá a medio y largo plazo, pero lo cierto es que está siendo y será una de las mayores crisis que ha atravesado la humanidad.
VIH, un ataque directo al sistema inmunológico
Una de las pandemias más graves y recientes, e incluso vigente, pero mucho más controlada en la actualidad, es el VIH, que puede provocar la enfermedad SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). El virus no implica necesariamente padecer la enfermedad. En sus inicios, muchas personas eran portadoras, pero no desarrollaban la enfermedad, lo que propició su expansión. Los primeros casos tuvieron lugar en 1981 y desde entonces se propagó por todo el mundo. Fue noticia, además, por ser la causa de la muerte de personajes conocidos como el cantante Freedie Mercury o el actor protagonista de la película ‘Psicosis’, Antonhy Perkins.
Se cree que su origen fue animal, concretamente de un primate. Sus efectos son, principalmente, el ‘agotamiento’ del sistema inmunológico. El virus en sí no es letal, pero sí puede causar la muerte, ya que desprotege al ser humano frente al resto de enfermedades. Su contagio se produce por contacto con fluidos corporales, como el semen o la sangre. A priori, el contagio no era demasiado alto, pero la desinformación causó desastres, ya que la población tardó en ser consciente de la enfermedad. Ha provocado más de 25 millones de muertes en todo el mundo.
Gripe Española, el verdadero terror durante la I Guerra Mundial
La mal denominada Gripe Española, que de hecho no tuvo su origen en este país sino que España fue el único que informó de la misma, produjo estragos en todo el mundo. Se notificó del primer caso de esta cepa del virus de la gripe en 1918, durante la I Guerra Mundial, en Estados Unidos. En solo 18 meses infectó a un tercio de la población mundial, siendo la causa de la muerte de 50 millones de personas. La fuerte censura que existía por aquel entonces causó un complicado conocimiento de la gravedad real de la enfermedad. Hoy día, su origen sigue siendo un misterio. Debido a que afectaba, mayoritariamente, a jóvenes de entre 20 y 40 años, muchos sugieren que se trataba de un arma biológica que se salió de control, ya que se vivía un periodo bélico. La concentración en los frentes de batalla hizo que la enfermedad se extendiera con facilidad por todo el mundo.
La Peste Negra pudo causar hasta 50 millones de muertes
También llamada peste bubónica, se dice que la peste negra fue la mayor epidemia que atravesó el mundo. Como comenta Alejandro Muñoz, licenciado en Historia, no se tienen datos concretos, si bien existen estimaciones de que pudo llegar a causar la muerte de entre 25 y 50 millones de personas, solo en Europa entre 1347 y 1353, lo que suponía, aproximadamente, un tercio de la población de aquel momento. Hubo otros brotes, como en el que se produjo en el siglo XVIII. Sin embargo, el peor fue el transcurrido en el siglo XIV.
Tuvo origen animal, concretamente en las ratas, las cuales convivían en las ciudades e incluso se colaban en los barcos mercantiles, lo que provocó una mayor propagación. Además, la enfermedad no tuvo resistencia, ya que la higiene, la alimentación o los recursos médicos eran escasos o prácticamente inexistentes.
Esta pandemia provocaba fiebre, tos y manchas negras en la piel a causa de hemorragias internas, además de la aparición de los llamados bubones, los cuales eran bultos en la piel que al romperse provocaban mal olor. Precisamente, estos síntomas dieron su nombre a la enfermedad.
El Covid-19 figurará como otra de las pandemias a las que se ha tenido que enfrentar el ser humano. Aún es pronto para determinar las consecuencias totales derivadas de la enfermedad. Pero hay esperanza de que la humanidad la supere, como ya hicieron nuestros antecesores en otras circunstancias similares, con la ventaja del conocimiento y del avance científico del que disponemos hoy en día. Además, de la responsabilidad social que bien resume la etiqueta #YoMeQuedoEnCasa.