- Es la ciudad más antigua del país, conocida por su pasado nórdico y su tradición cristalera
Texto y fotografías: Javier BARRERA UTRERA
Waterford es una ciudad costera ubicada al suroeste de Irlanda. Fue erigida como puerto vikingo en el año 914 con el nombre de Vedrafjordr, que en noruego antiguo significa ‘refugio invernal’.
Se trata de la localidad más antigua de la República de Irlanda, conocida por su pasado nórdico y por ser la cuna de la cristalería. Visitar Waterford es sumergirse de lleno miles de años atrás. Por su puerto marítimo, contiguo al río Suir, se llevaron a cabo todo tipo de transacciones comerciales que incrementaron la riqueza en la zona. Independientemente del nivel de afinidad con estos invasores nórdicos, conocer su historia merece la pena. Para ello, no hay mejor lugar que el Triángulo Vikingo, un área que fue el origen de la ciudad y que incluye tres museos conocidos colectivamente como Waterford Museum of Treasures. Así pues, cabe indicar que podremos visitar todos ellos, en un mismo día, por tan solo 15 euros.
Comenzamos por la Reginald’s Tower, la cual ha sido utilizada ininterrumpidamente durante más de 800 años y alberga algunos de los hallazgos arqueológicos más significativos de la herencia nórdica, como monedas, utensilios y joyas. Al lado de la torre, se exhibe una réplica de un barco, con 12 metros de eslora, construido por un carpintero local. En este lugar, se encuentra la experiencia en 3D: Kings of the Vikings. Una proyección audiovisual de realidad virtual que sumerge al espectador en la historia de la civilización, cientos de años atrás.
A tan solo dos minutos caminando, encontramos el Museo Medieval, nuestra segunda parada en este recorrido por la historia de Waterford. Aquí se hallan algunos de los tesoros más valiosos de la Irlanda medieval, entre ellos, el Waterford Charter Roll, el documento legal histórico más antiguo del país; así como atuendos católicos con telas de oro, que datan del siglo XV. Por último, visitaremos el Bishop’s Palace para descubrir, de primera mano, cómo ha transcurrido la historia de la ciudad desde su época georgiana en el siglo XVIII hasta la actualidad.
El centro está lleno de lugares de ocio, como el pub The Gingerman, en los que disfrutar de una típica pinta irlandesa y resguardarse, a menudo, de la abundante lluvia que caracteriza esta zona del mundo. Es por esto que el verano es la época más recomendable para viajar a la localidad. En su gastronomía destacan alimentos como la patata, la col, la cebolla, el cerdo o el salmón. Todos ellos, presentes en la cocina vanguardista de Everetts, un restaurante, ubicado en el casco urbano, galardonado en 2022 con una estrella Michelín. Otra opción más económica es acudir al mercado gastronómico Farmer Market, célebre por sus puestos de comida típica irlandesa.
Una vez saciado el apetito, uno no debería marcharse de la ciudad sin conocer Waterford Crystal, la más conocida y prestigiosa fábrica de cristal. En ella, dos toneladas de cristal fundido se moldean cada día de forma artesanal, formando verdaderas obras de arte que han logrado posicionar a Waterford en el mapa mundial. Durante la visita guiada, es posible observaren vivo cómo se fabrica el cristal y conocer la historia de la icónica marca mientras se realiza un recorrido por las instalaciones de los diferentes departamentos de la empresa.
Una costa de película
Recorrer la costa del Condado de Waterford es una experiencia altamente aconsejable por su valor histórico y natural. Tramore Beach encarna el concepto de lugar paradisiaco gracias a su extensa playa de arena dorada, agua cristalina y abundante vegetación. Destaca, además, por ser un lugar propicio para la práctica de deportes acuáticos, como el surf. Otra playa muy recomendable es Ardmore Beach, donde se halla el asentamiento cristiano más antiguo de Irlanda, del que se conserva una torre redonda del siglo XII y una iglesia del siglo XIII.
Por último, el Geoparque de la Costa del Cobre, perteneciente a la UNESCO, representa una de las mayores áreas naturales de Irlanda. Comprende 25 kilómetros de costa, en la que se encuentra un enorme patrimonio arqueológico y social, marcado por las antiguas minas que allí se establecieron en el siglo XIX. Cabe mencionar, el acantilado de Copper Coast, con formaciones rocosas de hace miles de años y vistas panorámicas de todo el litoral.