Nueve centros ocupacionales forman a personas con discapacidad en Sevilla

Texto y fotografía: Natalia RÍOS

En España, de 4,38 millones de personas registradas, según la encuesta Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia, publicada en 2022 y elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), casi un 60% son mujeres.

En la provincia de Sevilla se registran 116.965 personas reconocidas por los centros de valoración y orientación de Andalucía con un grado de discapacidad igual o superior al 33%, de las cuales 61.671 son hombres y 55.294 son mujeres. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) define la discapacidad como una afección al cuerpo o a la mente que dificulta la ejecución en diversas actividades y la comunicación para desenvolverse en el entorno que lo rodea.

La expresión ‘personas con discapacidad’ se suele utilizar para referenciar una generalización de un grupo poblacional. En realidad, existen varios tipos diferenciados entre los que encontramos a personas afectadas en la visión, el movimiento, la memoria, el aprendizaje, el habla, la audición, las relaciones interpersonales o la salud mental. En Sevilla se reconocen 40.736 personas en total con el tipo de discapacidad física, seguido de la psíquica, con 32.772 registros.

Las personas con discapacidad en Andalucía reciben ayudas denominadas Prestaciones del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia por parte de la Junta. Existen diferentes tasas según la edad y el nivel de dependencia que presente la persona. Esta tasa se determina a través del Reconocimiento del Grado de Discapacidad, que se realiza en los centros de valoración y orientación dependientes de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social.

En Sevilla hay centros y asociaciones especializadas en la inserción laboral de las personas con estas características. Algunos de ellos son Niños con Amor y Asas Inclusión Activa, ambos CDO o Centros de Día Ocupacional. Estos lugares se caracterizan por proporcionar servicios sociales especializados para adquirir una vida útil, fomentando la integración social de las personas con diversidad funcional intelectual en edad para emplearse. María Jesús Balbás, directora del CDO Niños Con Amor, asegura que «el principal cometido con y para sus usuarios es el bienestar emocional y así aumentar la calidad de vida de estas personas».

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Taller de Movilidad en ‘Niños Con Amor’

Como comenta Mª Jesús, los usuarios acceden al centro desde los 16 años hasta que las familias, junto con los médicos de cabecera, decidan poner fin a su estancia en la institución. La directora del centro recomienda a los padres aprovechar el tiempo de escolarización obligatoria en la escuela, que suele ser hasta los 21 años. Estas características son compartidas con Asas Inclusión Activa.

Dado que ambos centros son concertados con la Junta de Andalucía, pueden tener una capacidad de hasta 120 usuarios, con 35 plazas máximas concertadas por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social. En el caso de la entidad Niños Con Amor tienen 77 plazas en el CDO para las personas con discapacidad que presentan más independencia.

Las plazas de las que disponen ambos centros se cubren a largo plazo, y sin límite de tiempo como sí ocurre con la escolarización en un colegio o un instituto. Dentro de las ayudas que reciben las familias para hacer las inscripciones en estos centros, la Junta de Andalucía proporciona un 75% de la cuota mensual y el 25% restante lo abonan los usuarios con los ingresos que obtienen de las ayudas por discapacidad.

En el caso de ASAS, un centro ubicado en Dos Hermanas, a unos 20 kilómetros del casco urbano de Sevilla, existen tres rutas de transporte disponibles para que los usuarios puedan acceder a las instalaciones. El coordinador de la unidad de Psicología y director de este centro, Rubén Parrillo Hidalgo, explica que el viaje en autobús no es un problema para la mayoría, aunque hay casos en los que prefieren prescindir de este transporte público y empleán otros medios de desplazamiento.

Estos centros concertados cuentan con un equipo especializado de terapeutas ocupacionales, educadores sociales, psicólogos, trabajadores sociales y nutricionistas. En ellos se imparten talleres de manualidades, de relajación, de movilidad, terapias ocupacionales y lectura simplificada, señala Parrillo, director del centro ASAS.

Oposiciones para celador o auxiliar administrativo
Existen otros centros, como es el caso de la Asociación Colibrí, que es una corporación sin ánimo de lucro. Tal y como comenta su presidenta y creadora, María José Ruiz Leal, se centran en lograr la inserción sociolaboral de las personas con discapacidad, con una formación continua para puestos de trabajo específicos como auxiliar administrativo de la Junta, del SAS, como celador o celadora o para ordenanza del estado. Para estas formaciones no existen plazos estipulados. Según Ruiz, “las convocatorias no se ajustan a un calendario escolar y la formación comienza cuando se activa la convocatoria y finaliza cuando se celebra el examen».

Los trabajos a los que se dirige la Asociación Colibrí están pensados para que afiliados y alumnos tengan un proyecto de futuro, ya que como comenta Mª José Ruiz, “tienen otras capacidades, pero pueden trabajar y salir adelante”. La entidad ofrece oportunidades varias como la formación para oposiciones o para la vida adulta mediante el uso de la tecnología. La asociación cuenta con un aula para los alumnos que cursen desde tercero de primaria hasta tercero de la ESO, que aún no tienen edad para comenzar una vida laboral, pero sí necesitan un apoyo y herramientas para vivir de forma independiente, explica la presidenta.

Además, se diferencia entre los afiliados que acuden a los talleres sociales, por lo que pagan una tasa de 10 euros al mes, y los alumnos que acuden a las clases durante cinco horas cinco días a la semana, cuya cuota es de 150 euros al mes. Los alumnos también pueden asistir a los diversos talleres que se organizan. Los fines de semana salen fuera del centro para hacer actividades lúdicas. Colibrí es pionera a nivel regional en ofrecer a los afiliados y alumnos un sistema de coaching, un proceso online para atender y dirigir a las personas con discapacidad de esta asociación.

El problema de la asociación Colibrí es la falta de espacio y de recursos económicos, ya que no está concertada con ninguna entidad pública y los alumnos no reciben ese 75% de ayudas que sí se otorga en el caso de los centros concertados. Mª José Ruiz específica que no reciben apoyo del Ayuntamiento, de modo que ella junto a su marido, también creador de Colibrí, salen adelante por medio de la recaudación de fondos a través de la venta de materiales personalizados y la celebración de talleres. La presidenta hace un llamamiento a aquellas empresas privadas que quieran colaborar o patrocinar la asociación con objeto de resolver la cuestión económica.

Entre los talleres que organiza la Asociación Colibrí figura el de periodismo, donde los usuarios elaboran un periódico, llamado La Gaceta Colibrí, y un programa de radio en NEO FM, que se emite de cinco a seis de la tarde. Otra de las actividades lúdico-laborales es la elaboración de un proyecto cinematográfico, donde participan usuarios que han pasado por experiencias traumáticas como bullying, violaciones, maternidad no deseada o adopción de  menores inmigrantes con alguna discapacidad. “Me encantaría crear una ciudad de la inclusión, donde todas las personas con discapacidad tengan oportunidad para disfrutar, trabajar, soñar y vivir libremente y sin prejuicios”, afirma MªJosé Ruiz en relación a sus esperanzas a futuro.

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