El Cristo de los Desamparados se incorpora al Sábado de Pasión de la Semana Santa sevillana

  • El grupo de fieles del Santo Ángel ha recibido el decreto para ser nueva Agrupación Parroquial

José FERNÁNDEZ PÉREZ

El Santísimo Cristo de los Desamparados, del convento del Santo Ángel, procesiona este año, por primera vez, el Sábado de Pasión de la Semana Santa sevillana.

La talla, con mas de 400 años de antigüedad, es obra de uno de los mejores imagineros, Martínez Montañés, siendo uno de los crucificados más impresionantes del patrimonio cofrade de Sevilla. Esta Semana Santa se le podrá ver procesionando por las calles de Sevilla durante la tarde/noche del Sábado de Pasión, previo al Domingo de Ramos, pues el grupo de fieles del convento del Santo Ángel, al que pertenece, ha recibido el decreto para ser nueva Agrupación Parroquial. La música que acompaña al paso será interpretada por la Banda Municipal de la Puebla del Río.

El paso del Cristo fue adquirido hace unos años a la hermandad del Pusillux Grex de Sanlúcar de Barrameda, y será dirigido y portado por la familia Villanueva y su grupo de costaleros. Respecto al recorrido, será el siguiente: Salida desde la calle Rioja a las 18:00 horas, San Pablo, Puerta de Triana, Zaragoza, Doña Guiomar, Plaza de Molviedro, Castelar, Arfe, García de Vinuesa, Alemanes, Argote de Molina, Placentines, Francos, Cuesta del Rosario, Plaza del Salvador, Sagasta, Jovellanos, Tetuán, Rioja, y entrada en su templo a las 22:15 horas.

Actualmente, esta Agrupación Parroquial se encuentra situada en el convento del Santo Ángel, en la calle Rioja. Su presidente y prior del convento, Fray Juan Dobado, afirma que tras tres años siendo un grupo de fieles, «ahora toca ser agrupación parroquial, cumpliéndose el sueño que teníamos, gracias a que hemos sido perseverantes y hemos trabajado bien para conseguirlo”

Imagen barroca de Martínez Montañés
El Cristo es una de las imágenes barrocas de referencia y será el primer crucificado de Martínez Montañés que salga por las calles de Sevilla.

Sobre la imagen, Dobado confiesa que es una «devoción muy íntima, en el convento, junto a la capilla del Sagrario, con una anatomía muy natural y una policromía que invita a la oración”.

Uno de los aspectos más importantes para convertirse en agrupación parroquial ha sido cumplir los requisitos de la diócesis respecto a la formación, los cultos y la caridad. Aspectos que en el Santo Ángel se afrontan de manera estricta, pues se realizan charlas formativas y la actividad caritativa es extensa mediante el ciclo de concierto de bandas del Cristo de la Sopa, donde grupos de fieles recaudan donativos, que son destinados íntegramente al proyecto de caridad.

Para Dobado, un punto de inflexión fue la pandemia, ya que “el grupo siguió creciendo hasta llegar, actualmente, a los más de quinientos hermanos en la nómina”. Un crecimiento exponencial que la Agrupación Parroquial del Santísimo Cristo de los Desamparados y María Santísima de la Salud confía que sirva para seguir avanzando de la mano de la diócesis.

La juventud garantiza un futuro firme
La presencia activa de la juventud es más que una promesa de lo que vendrá. Es la semilla que garantiza la continuidad y el crecimiento de una posible hermandad, ya que «sin una buena cantera el futuro no está garantizado y es por lo que debemos trabajar entre todos», afirma José Luis Arredondo, hermano de la Agrupación Parroquial .

Arredondo hace hincapié en la necesidad de que los chicos y las chicas jóvenes estén bien formados, ya que «en un futuro serán los que lleven la hermandad para adelante y necesitan el conocimiento obtenido con el paso de los años”.

“Me quedo, sobre todo, con mis rezos ante el Cristo de los Desamparados en su capilla”, asegura este hermano. Como él, muchas personas acuden al convento del Santo Ángel cada semana para rezar, expresando con este gesto sus intenciones, agradecimientos o súplicas, siempre desde la fe.

Todo esto es gracias a los hermanos y a la orden carmelitana, que son como “una cruz de guía que ilumina el sendero que debemos seguir”, afirma Arredondo. Y este sendero debe continuar hasta una nueva meta: convertirse, cuando sea posible, en una nueva Hermandad de Penitencia.

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