- Las pasarelas We Love Flamenco y SIMOF coinciden en su apuesta por trajes con volumen en colores brillantes: rosas, azules y amarillos
Ana MONTIEL
Ya es una tradición que durante los meses de enero y febrero Sevilla acoja las pasarelas que sirven de escaparate a las tendencias en moda flamenca para las próximas ferias y romerías.
Los eventos de mayor envergadura y proyección son We Love Flamenco y la Semana Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF), donde se han presentado las colecciones 2024 de los principales diseñadores del sector, demostrando que la moda flamenca evoluciona e innova, pero sin perder sus raíces. Un año más, destaca el volumen en las mangas y las faldas, aunque sobre patrones más holgados, que son más prácticos y cómodos a la hora de vestir.
WE LOVE FLAMENCO. Una apuesta por lo ‘maxi’
El volumen está presente en buena parte de las colecciones presentadas en la pasarela We Love Flamenco. Es el caso del diseñador Pedro Béjar, con trajes de amplios y llamativos volantes, que son, al mismo tiempo, espectaculares y elegantes, centrando la atención en esta formas y, también, en los apliques en forma de flor que adornan los escotes. Esta apuesta por lo maxi también define la colección ‘Costumbres’ de la firma El Ajolí – Pepe Jiménez, donde se mezclan texturas, lunares, encajes, mantones, collares y lazos. Porque los lazos se incorporan a los trajes de flamenca, tal y como lo han hecho este año Eloy Enamorado, que los coloca en el cuello, o Ángela Trigo, que los cose sobre un hombro. Otra tendencia es la incorporación del crochet en los vestidos de Ismael Domínguez, que para este año ha trabajado diferentes estilos: el corte canastero, el largo midi y el dos piezas.
En rojo tinto
Espectacular vestido de flamenca del diseñador Pedro Béjar, ceñido al cuerpo, con flecos y amplios volúmenes en las mangas y en la falda. Fotografía: Aníbal González
Respecto al corte, Pablo Retamero & Juanjo Bernal apuestan por talles altos con faldas donde los volantes comienzan en la cintura. Mientras que Ernesto Sillero propone una vuelta a lo clásico con vestidos ceñidos, con encajes, escote cuadrado y volantes, que dan movimiento a las faldas.
Mónica Méndez ha diseñado para este año trajes de estilo rociero donde el mini lunar blanco contrasta con diversos colores. Mientras que la firma Santana Diseños apuesta por voluminosos vestidos en tonos ácidos con estampados geométricos. Por su parte, la alegre paleta del rosa, verde, amarillo o malva está presente en la colección de José Hidalgo, que también juega con el negro y el blanco.
También hubo sobre la pasarela un emotivo recuerdo a Juanita Reina, coincidiendo con el 25 aniversario de su fallecimiento. José Manuel Valencia ha sido el encargado de rendirle homenaje con su colección ‘Señorío’, dedicada a la artista, donde predominan los trajes muy femeninos en colores pasteles y en tonos vitamina, jugando con la combinación de estampados y texturas, las mangas transparentes y las faldas con volumen.
SIMOF. La importancia de los complementos
Tal y como pudo apreciarse en SIMOF, los colores clásicos, el rojo, el negro y el blanco, siguen estando presente en, prácticamente, todas las colecciones. Un claro ejemplo son los diseños de un majestuoso Alejandro Santizo que, fiel a la estética de su firma, ha trabajado sobre tejidos aterciopelados y satinados. Ana Morón, siempre elegante, combina en sus trajes el blanco con rayas doradas. Mientras que Carmen Raimundo lo mezcla con sus estampados en un original color oliva. Por su parte, Antonio Gutiérrez ha vuelto a contar con el ilustrador Carlos Buendía para los vestidos de su colección ‘Las que cosen pa la calle’.
Con escote cuadrado
Rojo fuego en este vestido de Alejandro Santizo, llamativo, pero elegante, para lucirlo sin mantoncillo, y con una perfecta superposición de volantes en la falda y en las mangas. Fotografía: Chema Soler
Los colores más vivos, como el amarillo, el fucsia, el azul o el verde también son protagonistas. Así queda patente en la colección ‘Gaudianas’, de la fima Flor de Cerezo, que está inspirada en la colorimetría, las formas imposibles y las texturas del arquitecto Antonio Gaudí.
Larga vida a los lunares
Los lunares son y serán por siempre el estampado más flamenco. Esta año siguen estando de moda, en distintos tamaños e incluso combinados con otros motivos decorativos. Precisamente, esta ha sido la apuesta de la diseñadora Rosa Pedroche con lunares maxi o flores.
Respecto a los patrones, el volumen en faldas y mangas sigue siendo tendencia, dando lugar a espectaculares composiciones, que son auténticas obras de arte de la arquitectura textil. Las mangas se llevan largas y en infinidad de formas, entre las que destacan las abullonadas de Con T D ́ Touché, las búlgaras de Yolanda Rivas o las que simulan una cascada de volantes de Juan Manolo. También se vieron sobre la pasarela una gran variedad de escotes, como los bardot, los asimétricos, los cuadrados y otros más pronunciados.
Chaquetas, lazos y mantones
El traje de flamenca necesita de una serie de complementos que lo perfeccionan y embellecen aún más. El mantocillo es un clásico de toda la vida y son muchas las firmas que apuestan por esta prenda, que puede lucirse de distintas formas. Una de ellas es Yolanda Flamenca, que este año se decanta por mantoncillos con o sin flecos, bordados o estampados, y colocados del revés. Mari Cruz y Montecarlo proponen llevarlo de la forma clásica o cruzado; mientras que Miabril sugiere el doble mantoncillo o sobre los hombros y cogido con un broche y, en cualquier caso, acompañado de un mantón de manila.
La guinda del pastel
Los mantocillos se han consolidado como una de las señas de identidad de la firma Miabril. Son femeninos, flamencos y favorecedores.
Fotografía: Chema Soler
Las chaquetas reclaman su papel como complemento del traje de flamenca. La firma Molina incorpora en su colección chaquetas cortas con flecos, y la diseñadora Inma Castrejón ha presentado para este año una prenda maestra de inspiración taurina en color fucsia con encaje negro y hombreras. También se llevan los lazos. Los han empleado en sus colecciones Pablo Retamero & Juanjo Bernal, ubicados en el escote trasero; y José Joaquín Gil, como un sustituto del broche en los mantocillos o como adornos del propio traje.
Otro complemento indispensable son las flores en el pelo. Se sigue llevando la rosa clásica, aunque también son tendencia los ramilletes bien cargados. Esta ha sido la apuesta de Alejandro Andana, que recurre a las flores naturales; y de Javier García, que combina el rosa y el rojo en ramilletes que se colocan a un lado de la cabeza.
Modelos masculinos y transparencias
Las pasarelas se configuran como un espacio ideal donde mostrar la creatividad de los diseñadores. Precisamente, en un afán por innovar y, por primera vez en la historia de la moda, modelos masculinos han desfilado con vestidos de flamenca de la colección unisex ‘Bastardas’ de la diseñadora novel Lydia Jurado.
Se preveía que las transparencias iban a estar presentes en las pasarelas flamencas del 2024, pero no a un nivel como el que hemos visto. Pues algunas colecciones presentan trajes totalmente transparentes que enseñan el cuerpo femenino sin tapujos, complejos o vergüenzas. Algunos de los diseñadores que han apostados por las transparencias, en mayor o menor grado, son José Joaquín Gil, Luis Fernández o la firma Málaga de Moda, entre otros.
Flamencas con alas
Otros diseños han llamado la atención por su singularidad. Es el caso de la chaqueta ‘surrealista’ del diseñador novel Rafa Bermúdez, con una fuente en la espalda, inspirada en los patios andaluces; o las grandes alas en los vestidos de Guillermo Peralta (Foto: Chema Soler). Lo dicho, cambios, pero con la esencia flamenca de toda la vida.