Ámsterdam, cuna del liberalismo y del turismo en bicicleta

La capital neerlandesa es la ciudad con mayor densidad de museos del mundo

Texto y fotografías: Manuel GÓMEZ PÉREZ

Ámsterdam es la capital de los Países Bajos y una de las más variopintas de Europa. Sus canales, casas flotantes y puentes evidencian la riqueza artística y cultural de una ciudad fundada en el siglo XIII como un pueblo pesquero.

Denominada como la Venecia del Norte, la ciudad se construye en torno a los más de 160 canales que la serpentean, conectando los barrios y marcando la historia de uno de los lugares más liberales de toda Europa. Además, Ámsterdam es una de las ciudades predilectas por los amantes de las bicicletas. De hecho, cuenta con más densidad de vehículos a pedales que habitantes.

La red de canales de Ámsterdam supera los 70 Km.

Lo muchos turistas y residentes que se mueven a diario por la capital neerlandesa eligen la bicicleta como medio de transporte para conocer las enormes áreas verdes y parques de esta ciudad. Todo ello se ve favorecido por la extensa red de carriles bici disponibles y al clima templado, con unas temperaturas medias que oscilan entre los 20 grados en verano y los 7 grados en invierno.

Una visita imprescindible es la Plaza Dam, en pleno corazón de Ámsterdam y uno de los lugares con más ambiente de toda la ciudad. En ella se encuentra el imponente Palacio Real, una edificio que data del siglo XVII y sirve como sede oficial de la monarquía neerlandesa, aunque en un principio fue construido como ayuntamiento de la ciudad. Por un precio de 14 euros, los visitantes pueden conocer el interior a través de un recorrido que permite acceder a las elegantes galerías; salas como la Cívica, que está recubierta de mármol blanco; la sala de los Scabini y los preciosos jardines que componen este conjunto arquitectónico.  

Muy cerca del Palacio Real, se encuentra otro de los puntos de interés de la capital de los Países Bajos: la Casa de Ana Frank. Se trata de un lugar con un profundo significado histórico para los neerlandeses y para los casi millón y medio de turistas que anualmente la visitan. Se pueden recorrer las habitaciones donde Ana Frank y su familia se refugiaron de la amenaza de la Alemania nazi y, de esta manera, aprender sobre su vida y legado a través de recuerdos personales que aún se conservan intactos. La casa está dividida en dos partes: la delantera y la posterior. Las salas albergan aún gran parte de los objetos, ubicados en el mismo lugar donde los dejaron al marchase las tres familias que habitaban aquella casa de la calle Prinsengracht.

La ruta continúa en el distrito de Oud-Zuid o Viejo Sur, donde se aprecian dos claros ejemplos de la naturaleza holandesa. El Vondelpark es el espacio verde más importante de la ciudad, siendo su pulmón verde, mientras que, más al norte, el museumplein es uno de los parques con mayor interés turístico, pues se haya rodeado por tres de los museos más importantes de la ciudad. Respecto a estas pinacotecas, el Rijksmuseum y el Museo Van Gogh recogen las mejores obras de los artistas neerlandeses y europeos a lo largo de la historia, con especial hincapié en las pinturas de Vincent Van Gogh, entre las que destacan ‘Los Girasoles’ y ‘La Casa Amarilla’. 

Una de las mejores canteras del fútbol mundial
Los ciudadanos de Ámsterdam se sienten muy orgullosos de su club de fútbol, el Ajax. Es uno de los equipos más exitosos del fútbol europeo y forma parte de la cultura y la idiosincrasia de la capital de los Países Bajos. Fundado en 1900, posee en sus vitrinas un total de cuatro Champions League y 35 títulos nacionales. Pero lo que realmente distingue al Ajax es su famosa cantera de jóvenes talentos. El club es conocido mundialmente por ser una cuna de los mejores futbolistas de la historia, entre los que se incluyen nombres como Johan Cruyff, Marco Van Basten o Dennis Bergkamp. Por lo tanto, es recomendable acudir a uno de los partidos que juega el equipo local en el Johan Cruyff Arena para sentir la pasión y la devoción por el balompié que se respira en las calles de Ámsterdam.

Al llegar la tarde, apetece degustar una delicia típica: los stroopwafels. Es un dulce elaborado con dos masas de waffles (gofres) y relleno en su interior con sirope de caramelo. Es frecuente consumirlos en las terrazas de los restaurantes durante la merienda. Despedimos el día paseando por el barrio rojo, donde se concentra el espíritu cosmopolita y liberal que tanto caracteriza a la capital holandesa. Sus estrechas calles están plagadas de coffee shops, donde es posible consumir cannabis de forma totalmente legal; y observar los escaparates con luces rojas relacionados con la industria del sexo. En definitiva, Ámsterdam es una ciudad peculiar, bonita y libre, que se adapta a todo tipo de públicos.

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