Diego JIMÉNEZ
La pandemia del Covid-19 ha provocado un parón generalizado en todo el planeta. Este confinamiento de la población en sus casas ha tenido unos increíbles efectos regeneradores en el medioambiente, que son fácilmente visibles.
La producción de gases de efecto invernadero disminuyó en zonas de toda China debido al frenazo de su economía y al cese de actividad en las fábricas. Así lo muestra la NASA desde su satélite con fotos que comparan la contaminación de China el 1 de enero de 2020 y el 1 de febrero de este mismo año.
Los animales están ocupando zonas donde antes no entraban. Se han avistado animales salvajes en ciudades como Madrid, Londres o Barcelona. National Geografic ha mostrado imágenes de estos animales circulando por las grandes ciudades mientras sus calles estaban vacías y la contaminación acústica se había relajado considerablemente. Zorros, jabalíes, pavos reales y conejos pasean por carreteras de Londres, Vigo y Christchurch (Nueva Zelanda) para asombro de los vecinos.
Ante la difusión de bulos como el avistamiento de delfines en los canales de Venecia o de otros animales en las playas se recomienda contrastar la información en diversos medios o recurrir a herramientas de fact checking. Sí que fue cierta la noticia sobre la presencia de vacas en las playas de Bolonia en el municipio gaditano de Tarifa, tal y como mostraban las fotos publicadas por Salvamento Marítimo en su perfil de Twitter. Otra evidencia de la recuperación de la naturaleza se ha detectado en las dunas de la playa canaria de Maspalomas, que vuelven a lucir sus ondulaciones y un aspecto “no visto en 50 años”, según los lugareños.
Seguir cumpliendo los objetivos de sostenibilidad
Pero este renacimiento del medioambiente se puede echar a perder en el momento en el que se retome la actividad industrial, con la intención de volver a producir y reactivar la economía. De hecho, especialistas en la materia vaticinan un repunte en las expulsiones de efecto invernadero.
Tal y como recoge el Business Insider, “y no solo aumentarán las emisiones de gases de efecto invernadero sino que los expertos auguran que esta pandemia podría implicar que se pospongan las ambiciones de lucha contra la crisis climática, ya que una recesión económica podría reducir las inversiones en tecnología verde. (…) Esta situación podría expandirse a todas las economías que en caso de priorizar, optarían por el impulso económico y no por cumplir con los objetivos de sostenibilidad”.
Para lograr un equilibrio, Cao Liping, director del departamento de Ecología y Medioambiente del Ministerio de Economía y Medioambiente de China, explicaba en una rueda de prensa que “la supervisión medioambiental debe ajustarse a las necesidades prácticas y sociales de la situación económica”.