Alba MERINO / Fotografías: Chema SOLER
SIMOF 2020 cierra su XXVI edición con cifras prometedoras para el sector. Durante cuatro días, los 72.300 visitantes que acudieron a FIBES Sevilla pudieron disfrutar de 42 desfiles profesionales de la mano de 50 firmas de moda flamenca.
Además, 26 escuelas andaluzas han estado presentes en SIMOF Baila, y las jóvenes promesas presentaron sus diseños en la pasarela SIMOF Ego. La zona expositiva contó con 98 stands, donde se ha atendido a un público con un perfil cada vez más internacional.
Un año más, se han visto sobre la pasarela tanto vestidos enterizos como trajes de dos piezas con blusa y falda. En ambos casos, el volumen y el vuelo son protagonistas en estos diseños. La asimetría en las faldas y en los volantes está presente en las colecciones de Carmen Latorre, Ángeles Fernández y Yolanda Rivas, donde se rompe con lo establecido mediante la combinación de distintos tipos de telas y estampados.
La forma de clavel es tendencia en el bajo de los vestidos. Este patrón logra un efecto voluminoso en trajes lisos o estampados, tal y como puede verse en las colecciones 2020 de Antonio Gutiérrez, Cristina Vázquez o Miriam Galvín. Además, regresan las enaguas. Lisas o de lunares, el objetivo es captar la atención bajo las faldas. Así lo hace la firma De Lunares y Volantes con enaguas de vivos colores.
Como tiene que ser en la moda flamenca, priman los volantes. Y este año los hay para todos los gustos: desde la cintura o a media pierna, regulares o asimétricos, redondos o recogidos por delante, voluminosos o canasteros… Una buen ejemplo de esta variedad puede verse en la colección ‘Seducción’ de Carmen Raimundo, quien los combina con mangas llamativas, creando una silueta sensual y estilizada.
MANGAS. En todas las versiones
Las mangas se llevan con mucho volumen y en distintas versiones: de farol, de globo, de clavel, zíngaras, abullonadas o largas con volantes. Los diseños de Alonso Cózar son una muestra de ello. Se inspiran en Almonte y en el Rocío, y emplean tejidos vaporosos con los que consigue dar una dimensión especial a los vestidos.
La colección ‘Indestructible’ de Verónica de la Vega pone de manifiesto otra de las tendencias de este año: las mangas asimétricas. El vanguardismo impregna estos diseños que muestran hombros y brazos descubiertos, y otros tapados con grandes formas y detalles, como volantes o flores de tul.
Una novedad de la moda flamenca 2020 son las hombreras. Redondas o picudas, pero siempre generosas. Logran el equilibrio de la figura acompañando a diseños con cinturas ajustadas y faldas de vuelo, como es el caso del vestido con cuerpo rojo de pallet y falda negra rematada en volante de la firma De Lunares y Volantes, que igualmente se puede vestir para asistir a una fiesta.
Se llevan las hombreras y la combinación de
distintos estampados: lunares, rayas o
figuras geométricas en un mismo vestido
La innovación también tiene cabida en Simof. Así, diseñadores como José Raposo o Francisco Tamaral (galardonado con el premio Aromas Crea) presentan sus trajes de flamenca con pantalón. Entre estas piezas, destaca un mono verde oscuro con mangas flamencas y aplicaciones doradas, que se acompaña con flores en el pelo y grandes pendientes. Otra opción son los conjuntos de dos piezas con chaqueta y pantalón.
Los lunares no pasan de moda y ningún diseñador se olvida de ellos. Pero en cuestión de estampados la premisa parece ser ‘el todo vale’: lisos, flores, rayas, animales, etc. E incluso la combinación de varios de ellos en un mismo vestido, tal y como hace de manera experta la diseñadora Aurora Gaviño, que este año ha dedicado su colección flamenca a la cantante María Jiménez
Respecto a los tejidos, un clásico de la moda flamenca es el popelín perforado en colores lisos, sobre todo el blanco, y adornado con cintas de colores o pasamanería. Por su parte, F de Frank ha innovado este año con la sedas y el tweed: mientras que Cristo Bañez emplea otros tejidos especiales como el satén, el raso y el organdí.
Las principales novedades son el uso del terciopelo en la colección de Alejandro Santizo, y los brillos en diversos formatos: telas metálicas, lentejuela, purpurinas…, que Rosapeula ha empleado para recrear el mar en los diseños de su colección ‘Agua Salada’, donde priman los colores verdes y azules, los escotes pronunciados y los cortes sirena.
COLORES. La combinación blanco y negro
En relación a los colores, llama la atención la apuesta de los diseñadores por la combinación blanco y negro. Desde la propuesta más clásica de Luis Fernández: lunar blanco y grande sobre fondo negro, hasta el estampado geométrico de F de Frank, en un vestido de fiesta con corte flamenco, y un atrevido y amplio escote central.
Los colores vivos son siempre imprescindibles en este tipo de atuendos. La paleta es alegre y variada: fucsias, amarillos, azulinas… Y por supuesto, el rojo, formando parte del estampado o como protagonista indiscutible. Santizo se rindió a este color con una colección que abarca desde el rojo sangre hasta el burdeos aterciopelado y el brillante bermellón.
Sin embargo, los colores pastel, tan de moda en años anteriores, han perdido fuerza. Aún así, Cristo Báñez recupera los rosas, celestes y lilas en vestidos muy vaporosos, de corte romántico, que forman parte de su colección ‘Ahora’, inspirada en el Rocío y en su Almonte natal.
COMPLEMENTOS. Bolso de mano y grandes pendientes
Respecto a los complementos, se llevan grandes. La flores se colocan en la parte superior de la cabeza, ya sean sueltas, formando un ramillete o con forma de corona. Igualmente, los pendientes han de ser llamativos, largos, con reminiscencia florales, aunque el aro sigue conservando su protagonismo, en colores o dorados. Son más que un complemento, y por ello hay que acertar con su elección.
El mantoncillo ha estado ausente en la mayoría de las colecciones presentadas en SIMOF. De llevarlo, ha de ser bordado en hilos de colores. Además, se proponen nuevas formas de lucirlo. En este sentido, Yolanda Moda Flamenca lo incorpora a sus vestidos, pero colocado sobre un solo hombro y cayendo sobre el brazo. Por su parte, las Hermanas Serrano emplean un mantón que produce un efecto doble mediante capas superpuestas que combinan colores y bordados. Los mantoncillos se fijan al cuerpo con un cinturón, otra pieza, a priori, extraña, pero cada vez más frecuente en la indumentaria flamenca.
El bolso de mano ha estado presente en la colección de Cristo Báñez. Un requisito importante es que el tono del bolso vaya en consonancia con los colores del traje. Por otro lado, el bolso redondo de rafia, que tanto se vio la temporada pasada, vuelve a estar de moda. Así como las bandoleras en los vestidos más romeros.
En el maquillaje de flamenca predomina este año el brillo y el delineado flotante, que es aquel que se dibuja sobre el párpado móvil. Respecto a los peinados, ganan los recogidos, la raya en medio y las horquillas maxi. Aunque también se apuesta por un estilo más casual y desenfadado, con mechones o la melena suelta.