- La capital portuguesa cuenta con el segundo puente más largo de Europa
Textos y fotografías: José FERNÁNDEZ PÉREZ
Lisboa es la capital y la ciudad más grande de Portugal. Situada en la desembocadura del río Tajo, cuenta con el segundo puente más largo de Europa, el Vasco da Gama, con una altura de 420 metros y 12 kilómetros de longitud.
Los estilos románico, barroco y gótico están presentes en la arquitectura de esta ciudad, siendo los monumentos más destacados la Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos, el Castillo de San Jorge y el Barrio de Alfama.

La ciudad cuenta con diversos barrios, cada uno con su propio encanto. El Barrio de Alfama es uno de los más antiguos y pintorescos con estrechas calles empedradas y casas blancas. Por su parte, el Barrio Alto es conocido por su vibrante vida nocturna y sus magníficas vistas panorámicas.
Fotografía: Torre de Belém
Para empezar un día de turismo en Lisboa se recomienda visitar el Castillo de San Jorge, un lugar emblemático situado en la parte alta de la ciudad, concretamente, en la colina de San Jorge. Esta fortaleza ofrece una bonita vista de Lisboa y del río Tajo, pues es posible contemplar su riqueza arquitectónica, así como las callejuelas estrechas y serpenteantes, y los tejados rojizos de las casas. La entrada para acceder al recinto amurallado y a los terrenos anexos cuesta 8,50 euros.
De la Baixa al Chiado en ascensor
Una vez en la parte baja, hay que visitar dos importantes plazas, la del Rossio, que es una de las animadas, y la del Comercio, con vistas al estuario del Tajo. Igualmente, se recomienda subir al elevador de Santa Justa, una de las atracciones turísticas de Lisboa. Situado en el centro de la ciudad, en la calle Rua Áurea, se trata de un ascensor de hierro fundido semejante a una torre de estilo neogótico que alcanza una altura de 45 metros y que fue diseñado por el ingeniero portugues Raoul Mesnier du Ponsard en el año 1902 para conectar los barrios de la Baixa (centro) y el Chiado (colina). Una vez en la plataforma superior, se obtiene una buena vista de la ciudad, pues se puede contemplar la cercana Plaza del Rossio o el Castillo de San Jorge sobre la colina. Para acceder a este ascensor hay que comprar un billete que cuesta 5,30 euros, así como esperar las largas colas que suelen formarse.
Visita al Monasterio de los Jerónimos
Tomamos el tranvía para dirigirnos al Monasterio de los Jerónimos, situado en el barrio de Belém, a seis kilómetros del centro de Lisboa. Se trata de una obra maestra de la arquitectura religiosa, que cuenta con una fachada y un interior impresionante. Vale la pena visitar la sala denominada ‘el comedor’ y el jardín interior, que se encuentra rodeado por una galería de dos pisos ricamente decorada con arcos.

Es el momento de probar algunas de las delicias gastronómicas de Lisboa. Entre ellas figuran los ya famosos pasteles de Belém, pequeños bocados elaborados de hojaldre relleno de crema de huevo y espolvoreados con canela y azúcar. Populares por su sabor son lo que se elaboran en la Fábrica dos Pasteis de Belém, una confitería, fundada en 1837, que está ubicada muy cerca del Monasterio.
A unos diez minutos caminando desde el Monasterio, la ruta culmina viendo la puesta de sol desde la Torre de Belém. Esta fortificación fue construida en el siglo XVI y declarada, junto al Monasterio, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1983. Ubicada estratégicamente, es uno de los monumentos más emblemáticos de Lisboa, pues sirvió como parte del sistema defensivo de la ciudad y como un símbolo del poderío marítimo portugués durante la Era de los Descubrimientos.
Termina el día y una manera perfecta de hacerlo es probando algunas de las recetas de bacalao tan características de la cocina portuguesa. Para esta ocasión, nos decantamos por un plato de bacalhau à Brás, elaborado a base de bacalao desmenuzado con cebolla, patatas fritas y huevo. Son muchos los restaurantes que lo sirven, entre ellos Pastanaga, un pequeño local, en la calle Travessa dos Pescadores, que cuenta con precios asequibles y una interesante carta de comida típica lisboeta.