Los galardones reconocen el triunfo del torero en la Feria de 2024 y la casta de los toros de la ganadería jerezana, en especial, la del ejemplar Tabarro

Inma MARTÍN
El Hotel Colón Gran Meliá de Sevilla ha hecho entrega de sus XIV Premios Taurinos a los triunfadores de la pasada temporada 2024 en la plaza de toros de la Real Maestranza. En esta ocasión, los galardonados han sido el torero Juan Ortega y el ganadero Santiago Domecq.
La gala, que estuvo presentada por la directora del hotel, Rosana González, comenzó con un minuto de silencio en memoria del Papa Francisco, fallecido el Lunes de Pascua, un momento que, por circunstancias del destino, coincidió con el doblar de las campanas de la cercana iglesia de La Magdalena. A continuación, se procedió a la lectura del acta correspondiente a la sesión del jurado, que se reunió el 13 de noviembre en este mismo hotel, al objeto de adjudicar estos trofeos taurinos.
Uno de los dos premios ha sido para el diestro Juan Ortega por su triunfo en la tarde del Lunes de Feria al cortar dos orejas a un toro de la ganadería de Domingo Hernández. En palabras de la directora, se lo merece por su verdad, su arte y “por hacerlo todo tan bien y tan despacito”. Le hicieron entrega del galardón sus padres, Jacinto y Cristina, lo que supuso para el torero una sorpresa y una doble emoción. Durante su intervención, Ortega recordó de su infancia las tardes de Feria en el Hotel Colón, acompañando a su padre, escuchando las tertulias de Manolo Molés, “siempre veía salir a algún torero, ya vestido de luces, que marchaba para la plaza”.
Por su parte, Santiago Domecq recibió el galardón de manos de José Murube, también ganadero y amigo personal del homenajeado. Con este trofeo se le reconoce por la globalidad de los toros de su hierro que fueron lidiados el 9 de abril del pasado año y, en especial, por el ejemplar denominado Tabarro, a quien el torero onubense David de Miranda cortó dos orejas. Domecq agradeció el premio y el cariño recibido. “Sevilla es lo más bonito en el toreo, por la ciudad, su gente y su plaza, pues verse anunciado en sus carteles es un sueño de la tauromaquia”, confesó el ganadero, quien tuvo un recuerdo para su madre, ya muy mayor, a la que “le hubiera hecho mucha ilusión estar presente”.

El acto culminó con la intervención del poeta José León, que estuvo acompañado por los sones de la guitarra de Antonio Romero Pantoja. En su emotiva alocución, tuvo palabras para el Hotel Colón, al que dedicó los siguientes versos: hotel de los toreros, ya se asoman por tus puertas los jóvenes novilleros (…) el Cólon en la montera para gloria del toreo.
Igualmente, citó a los premiados. Sobre la ganadería de Domecq dijo: Tabarro, ese es el toro de los sueños, derrochó casta (…) un toro de bandera por el que merece la pena ser ganadero. Y culminó con un “gloria para el ganadero jerezano y caballero don Santiago”. Sobre Juan Ortega, destacó su temple, la cadencia, clasicismo y personalidad de su faena, así como el sentido de la medida. También habló del duende y el pellizco, “unos lo escriben, otros lo pintan o lo cantan”, y claro está, otros lo torean; Ortega, como José, y Juan, como el de Triana.