Natalia RÍOS
La provincia de Mendoza se encuentra recostada contra la Cordillera de los Andes, en el centro-oeste de la Argentina y limita al oeste con la República de Chile. Al sur demarca con las provincias de la Pampa y Neuquén, al este con San Luis y al norte con San Juan.
Situada en la región de Cuyo, Mendoza está compuesta en algo más de un 50 por ciento por cordilleras, la de los Andes, la Precordillera y el Macizo de San Rafael. Son tierras yermas, zonas que se caracterizan por la escasez de agua y ricas en rocas sedimentarias. El resto del territorio está compuesto por la zona llana, habitable y vinícola, al centro y al oeste.
La provincia está dividida en 18 departamentos, que en otras provincias equivalen a municipios, siendo estos de menor tamaño. El más extenso es Malargüe, donde se encuentran las mesetas y volcanes de la Payunia, lugar en el que se localiza el hipocentro de los factores endógenos, lo que provoca seísmos y riesgos volcánicos. Mientras que el departamento menos extenso es la ciudad capital de la provincia homónima, Mendoza.
El Área Metropolitana de Mendoza (AMM) se distribuye en los seis departamentos de menor extensión: Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Maipú, Luján de Cuyo y Las Heras, donde se concentra más de la mitad de la población total de la provincia con casi 1.035.000 habitantes. Los departamentos se encuentran conectados por una red de autobuses o colectivos, como son conocidos en Argentina; otra red de trolebuses, parecidos a los autobuses, pero que funcionan alimentados por dos cables eléctricos y es más flexible que un sistema de tranvía. Cinco de los seis departamentos, contando con Capital, poseen un sistema de metrotranvía que facilita aún más la movilidad en esta área.
Agricultura intensiva, ganadería tradicional y vinos
La provincia andina ha conseguido un desarrollo socioeconómico estable, pese a la concentración de riqueza en Buenos Aires, gracias a su economía proteccionista basada en la agricultura intensiva, llamado “modelo vitivinícola tradicional” y que se desarrolla en un espacio de sequía, y la ganadería tradicional.
Conocida como la ciudad del vino y el sol, Mendoza es gratificante por su cultura. Los portones traídos hace años de Francia abren camino al Parque General San Martín, donde en su interior se halla El Cerro de la Gloria, un paseo tradicional para ver el monumento de la patria al Ejército de los Andes. Se recomienda visitar el estadio Malvinas Argentinas, aún sin ser fan del fútbol. Es el lugar amado donde vivir la pasión que los argentinos depositan en este deporte.
Si al turista le gusta la música, la Plaza Independencia es el lugar indicado para escuchar conciertos. Y en el Teatro Independencia es posible ver un espectáculo en vivo de tango. Si se prefiere el deporte, la naturaleza y las experiencias llenas de adrenalina hay que dirigirse hacia El Challao para hacer paracaidismo o senderismo caminando hacia el Cristo Rey del Valle, un monumento que mide 28 metros de alto y se ubica en Tupungato.
La Avenida Arístides es perfecta para disfrutar de la noche o salir de copas. Es una calle larga donde encontrar bares como Basilika, Williams Brawn, Berlín o el Club de la Milanesa. En la Avenida Colón, el Belice Irish Pub es uno de los más valorados por los turistas, dado que venden cerveza Guinness importada y emiten todos los partidos de fútbol, la Super Bowl y lucha libre. Para probar la gastronomía de Mendoza hay que pasear por la Avenida Belgrano. Uno de los mejores restaurantes es el Cordillera Restaurant, con una espectacular cocina italiana, carne fresca, platos tradicionales argentinos, y una selección de postres caseros. Se puede disfrutar de su gastronomía al aire libre en su terraza o a cubierto en el salón.
Otras sugerencias gastronómicas son el Anna Bistro, situado en la avenida J.B justo, un lujo para el paladar con su salmón ahumado de la casa y el huevo perfecto (25,42 euros). En la carta del restaurante El Faro destacan la empanada de carrillera braseada con queso azul (3,98 euros) o el Sorrentino de calabaza, queso azul y nuez con salsa Beurre Blanc (16,04 euros).
Para un presupuesto más ajustado figuran Don Claudio, que sirve comidas rápidas en la avenida Godoy Cruz; Belgrano sandwich; y la pizzería De un rincón de la Boca, en la avenida Las Heras. Y después del almuerzo, toca probar el helado de pistacho o de alfajor en Ferruccio Soppelsa Heladería.
Por otro lado, destacan las ‘bodegas boutique’ a las afueras de la ciudad, con paquetes turísticos completos, que incluyen un recorrido con autos antiguos de lujo por las instalaciones, degustación variada, alojamiento, gastronomía gourmet, exposiciones de arte, espectáculos y spa. Las ofertas se encuentran en el programa de ‘Caminos del vino’, una web sobre rutas en las diferentes provincias mendocinas para degustar el vino de la zona. El precio, que incluye la visita a la bodega Chandon, una degustación de vinos y un almuerzo, es de unos 5.460 pesos argentinos, poco más de 21 euros por persona.
La mejor época del año para visitar las bodegas es el otoño, días de sol y chaqueta, donde predominan los tonos ocre y el dorado, debido al color de las hojas secas de los viñedos. Es la época de recolección de la uva, por lo tanto, es cuando se celebra la Fiesta Nacional de la Vendimia, que cuenta con actuaciones de bailarines del folklore local y cantantes reconocidos como Lali Expósito o Soledad, obras de teatro, una coronación a los reyes y reinas de la fiesta, carrozas donde regalan botellas de vino y puestos de comida típica de cada departamento de la zona metropolitana.
Mendoza progresa con el avance del sector servicios, especialmente visible en el caso del turismo y la construcción de hoteles de cuatro y cinco estrellas, como es el caso de los establecimientos Hotel y Casino Cóndor de los Andes, con un precio que ronda los 150 euros la noche; Diplomatic (250 euros por noche); el Sheraton Mendoza, que es uno de los más lujosos, donde el precio de la habitación supera los 900 euros; y el Executive Hotel Park, entre otros.